La Sardina congelada mediante IQF la mejor opción para su conservación

La sardina es uno de los productos más utilizados en la industria conservera española. Concretamente, la Sardina pilchardus o Sardina común es un pescado muy demandado. Tiene un alto contenido en vitamina D y pertenece a la familia Clupeiade.

Se trata de un alimento muy valorado, ya que puede ser consumido de maneras muy variadas (en espeto, a la brasa, fritas, en conserva, como aperitivo o en bocadillo). Además, como parte de la reputada dieta mediterránea es un producto altamente saludable.

Esta variedad de pescado es de pequeño tamaño, aunque puede llegar a alcanzar los 25 centímetros de largo. Se caracteriza por su forma alargada y escamas en una combinación de colores gris oscuro, azulado y plateado.

La época más propicia para el consumo de sardina fresca tiene lugar en los meses de verano. Las colonias son abundantes al acercarse la sardina a la costa cuando la temperatura del agua aumenta en esta época.

Para capturarla se emplea la pesca extractiva.
En la actualidad, los procesos empleados en la industria conservera y en la industria frigorífica hacen posible que podamos disfrutar de la sardina en cualquier época del año.

La sardina IQF

El método de congelación es el IQF (Indivudual Quick Freezing). Éste permite congelar las sardinas de una en una, garantizando una mejor conservación de sus propiedades alimenticias.

El IQF es un proceso de congelación rápida cuya duración varía en función del producto y de su tamaño. De esta manera, puede oscilar entre los 30 y los 90 minutos de duración. Tiempo suficiente para que los cristales de hielo que se forman en las células de los tejidos de los alimentos sean muy pequeños, evitando el derrame de fluido celular cuando el producto se descongela. Todas las piezas que se congelan pasan por un proceso de glaseado que previne la oxidación.
El resultado final es una mejor conservación de la materia prima, que en este caso es la sardina, obteniendo productos de máxima calidad que conserven todos sus nutrientes.

Completan las ventajas de este sistema de congelado la disminución de los microorganismos, debido al cambio de temperatura tan drástico al que se ve sometido el producto, y el control de las proporciones. Las sardinas se refrigeran una a una, por lo que se puede utilizar en la producción lo que se necesite sin necesidad de descongelar el resto.

Su presencia en el comercio

La sardina congelada mediante IQF, dada la buena conservación de sus nutrientes, es idónea para vender al por menor en cualquier establecimiento. Incluso para transformar en conserva en una de las múltiples variedades que podemos encontrar hoy en día en el mercado.

Algunas empresas especializadas en la distribución y comercialización de productos del mar, como Disglobal Fish S.L optan por este tipo de sistema de refrigeración para sus productos con la finalidad de garantizar su mayor calidad. 

La sardina IQF se suele comercializar por medio de piezas entera, con cabeza, cola y vísceras para su mejor aprovechamiento. Se distribuye en cajas de cartón etiquetadas con toda la información requerida según la legislación vigente.
 
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